Estás cubierto si te ves obligado a cancelar (o modificar) tu viaje por un motivo de cancelación recogido en la póliza o una causa repentina, imprevisible y justificada que esté fuera de tu control.

En cualquier caso, el seguro nunca cubre cualquier motivo ya conocido en el momento de la contratación. A continuación te dejamos algunos ejemplos:

ESTÁ CUBIERTO:

o   Mi jefe cambia mis vacaciones en el último momento, aunque ya las había aceptado.

o   Me fracturo la pierna una semana antes de mi salida.

o   Me convocan para una mesa electoral y no lo sabía en el momento de contratar el seguro.

o   Me roban el pasaporte dos días antes de la salida.

o   Uno de mis tíos acaba de fallecer.

o   Mi sustituto profesional está enfermo.

NO ESTÁ CUBIERTO:

o   No me apetece irme

o   Se me olvidó renovar el pasaporte

o   No he solicitado el visado necesario para volar.

o   Compré los vuelos sin tener la autorización oficial de mi jefe para irme de vacaciones.

o   El operador turístico cancela el viaje (le corresponde a él hacer el reembolso).

o   El hotel que había reservado ya no puede ofrecerme la categoría de habitación que quería.

o   Estoy enfermo y no tengo justificante médico.